martes, 10 de enero de 2012


Tarjetas T-10 del metro de Barcelona más baratas

La web Promobilletes vende tarjetas de diez viajes del metro de Barcelona más baratas que la propia TMB -en algunos casos a mitad de precio, aunque la página anuncia cuando publico estas líneas que esa oferta en concreto está agotada-. Este año TMB había subido un euro el coste de la tarjeta más empleada, la T-10, hasta alcanzar 9,25 euros, y después plantearon una congelación de sueldos a sus 4.200 trabajadores si no querían hacer frente a un ERE temporal.

Que yo sepa, los pilares de la economía española han sido la construcción, el turismo y el consumo interno. Precisamente el retroceso de la primera y el último –parece que el turismo se recupera- hicieron específica la crisis en España. Una de las lecciones que extraigo –ya digo, una de ellas- es que convendría aumentar dichos pilares. A más patas, más sostén para la economía, menos probabilidades de cojeras posteriores. ¿Pero cómo hacerlo? Investigando e innovando. La intuición y la lógica nos conducen a esa conclusión. Pero además hay datos empíricos. En plena crisis, el empleo aumenta un 2,7% en las empresas españolas que más invierten en innovación, subtitulaba el diario Público hace unos días.

En fin, que nadie niega que para dar con nuevos filones hay que investigar y desarrollar, como tampoco nadie niega que, nepotismo, amiguismo y enchufismo aparte, a una mayor educación de calidad se incrementa la posibilidad de acceder a mejores puestos (aunque ahora en España el problema de fondo es que, sencillamente, no hay trabajo). Tanto la inversión en I+D+i como en Educación por parte del Estado –comunidades incluidas, por supuesto- ha descendido considerablemente en los últimos años. Ni pan para hoy ni para mañana. España eterniza problemas. Pero sospecho que hay que mirar por los cuatro años de legislatura y no más allá.

Dos ingenieros de la UPC están tras la idea de las tarjetas más baratas. ¿Cómo lo hacen? “Simplemente”, porque a los compradores les adjuntan publicidad en los envíos de las tarjetas. Ellos adquieren los billetes a precio normal, relatan en el El País. También dice la noticia que la Autoridad Metropolitana del Transporte conocía el negocio y estudia si es legal. No lo sé seguro, pero en principio a mí me parece que sí. AMT tendría que haber estudiado –innovado, investigado y desarrollado- antes. Pero no, subieron precios primero y plantearon ajustes después. Ahora, a los dos ingenieros, que les pongan palos en las ruedas y que se marchen con la idea a la Conchinchina. Fuga de cerebros y a rasgarnos las vestiduras.

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