martes, 8 de noviembre de 2011


La nueva (vieja) carrera espacial

La extinta URSS y Estados Unidos iniciaron hace más de medio siglo una carrera por demostrar qué bloque era el más poderoso: el capitalista o el comunista. ¿Qué mejor que lanzarse a la conquista del espacio para aparecer ante el mundo como auténtica superpotencia? Aquello no fue –o no fue solo- una carrera espacial, sino armamentística. Una feroz lucha de poder y propaganda. Es el periodo histórico conocido como Guerra fría.

Con el envío del Sputnik, en 1957, y el primer cosmonauta al espacio, Yuri Gagarin, en 1961 (se cumple, por cierto, este año medio siglo), los soviéticos dominaron la carrera. Pronto, sin embargo, burocracias excesivas, falta de un objetivo claro y, sobre todo, una inversión diez veces inferior a la norteamericana, truncaron el liderazgo ruso. En 1969, Estados Unidos cumplió el anuncio del presidente Kennedy de poner un ser humano en la Luna y traerlo de regreso sano y salvo a la Tierra antes de que finalizara la década de los sesenta.

Estados Unidos demostró que ostentaba una tecnología más avanzada que la de su máximo rival: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, país que lideraba una visión diferente –opuesta, podríamos decir- a la capitalista en cómo organizar la sociedad humana. Quedaba claro que los cohetes norteamericanos tenían alcance no sólo para arribar a la Luna sino para cruzar el océano cargados con cabezas nucleares y destruir un objetivo a miles de kilómetros de distancia. Estados Unidos se perfilaba así un poco más como líder mundial frente a la URSS.

Cuarenta años después de la llegada del ser humano a la Luna, ¿continúa en marcha la carrera espacial? El escenario internacional ha cambiado en todo este tiempo. La URSS ha desaparecido y Estados Unidos se convirtió en fuerza hegemónica global. No obstante, China se erige poco a poco en gran potencia; para muchos, en la superpotencia del siglo XXI. Napoleón Bonaparte advirtió: “Cuando China despierte el mundo temblará”. Ha tardado tres centurias pero empieza a desperezarse.

El firmamento refleja la escena internacional

Si la humanidad no se ha ido al traste antes, Marte se postula como el siguiente paso lógico para el ser humano. Cada vez está más claro que la especie humana se expandirá por el espacio. Este mes de noviembre -si todo va según lo previsto- se enviarán varias misiones a Marte. La NASA lanzará a finales de noviembre la Mars Science Laboratory, que colocará sobre el planeta rojo el Curiosity, el todoterreno mejor equipado de la historia para la exploración marciana.

Lejos de los 2.400 millones de dólares que cuesta la misión americana, Rusia y China cooperan para enviar dos sondas a principios de mes. La rusa cuesta unas quince veces menos que la estadounidense, pero –como hemos apuntado- durante la carrera espacial la inversión soviética también fue menor. Los rusos enviarán la Fobos-Grunt -algo así como “suelo, tierra o muestras de Fobos”- al satélite marciano Phobos, en donde aterrizará y recogerá muestras de la superficie, que retornarán a la Tierra si todo va bien en agosto de 2014.

Los chinos –acoplada a la Fobos-Grunt- enviarán la Yinghuo-1 –Luciérnaga- a circunvalar Marte para estudiar el campo magnético y el viento solar. Hay una cuarta misión: la MetNet, liderada por Finlandia que también irá acoplada a la rusa. ¿Es casualidad que las tres misiones principales sean estadounidense, rusa y china?

No lo creo. Rusia, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y China –por este orden- poseen el mayor número de cabezas nucleares del mundo. En gasto militar convencional, Estados Unidos encabeza la lista, seguido por Rusia y China. En cuanto a PIB nominal -según el FMI- EUA vuelve a liderar la clasificación, luego China, y Rusia, que se coloca en el décimo puesto. Aunque ignoro quién impondrá las nuevas reglas de juego en el siglo XXI, un vistazo a la carrera por alcanzar Marte esboza quiénes podrían ser los protagonistas.

Leer las estrellas, como los antiguos astrólogos, para comprender el presente ...y pronosticar el futuro.